Últimamente le llevo dando vueltas y vueltas a un tema que al principio me parecía tan banal como estúpido. Resulta que mi trabajo requiere que vaya siempre a las oficinas del cliente a trabajar (aclaro lo de oficinas pq no soy ni puta ni gigolo, aunq bueno, esa es otra historia).

Bien, el tema es que desde que comencé a trabajar aqui me dí cuenta de que siempre se da las gracias por todo, incluso cuando te han mareado respondes: "Muchas gracias". Tampoco os equivoqueis, que no somos gilipollas, el caso es que siempre que se necesita algo hay que inmediatamente pedirlo y por supuesto agradecerlo. ¿Qué ocurre entonces?, pues que te vienes a una empresa cliente, bastante joven, formada por gente joven entre la que hay buen rollo. Hay tanta confianza que en ocasiones se dan por hecho muchas cosas (ya se sabe que donde hay confianza...).
Pues llevo aqui cosa de dos meses y de tanto dar las gracias por todo he observado que ahora todo el mundo también da las gracias! Resulta extraño, incluso incómodo a veces, pero es gratificante saber que las buenas maneras también se "contagian". Siempre me ha hecho falta paciencia, es mi signo, las cosas en el momento, cómo y cuando las quiero... ahora me atrevo a decir que he aprendido la mejor manera de conseguirlo. Tan sencillo como sonreir, pedir lo que necesitas y da igual cuales sean las formas que adopta la otra persona (que en ocasiones es bastante desagradable), siempre hay que terminar con un sonoro y agradable: "Muchas gracias".
Esto me recuerda al sketch de "Faemino y Cansado" cuando uno se cuela en la cola del cine, y otro que va de pringaete se lo reprocha en voz baja (pero de forma pesada y contínua) y para quitarselo de encima, el "colado", simplemente le responde: "...gracias, gracias" una y otra vez.

Así que la moraleja de todo este rollo, y mi consejo, es acordarse que siempre será más sencillo obtener lo que queremos o necesitamos con un MUCHAS GRACIAS